Desarrollo Motor: ¿Cómo acompañamos al bebé?

31.8.16

¡Bienvenidos a la segunda entrada! 
Luego de la presentación de Emmi Pikler de la semana pasada, ahondaremos sobre el rol del adulto como acompañante en el desarrollo motor del bebé.  
La fundamentación será a partir del libro "Moverse en Libertad" donde, como les conté, Pikler deja expresada formalmente parte de su extensa investigación.

Son varios los aspectos a tener en cuenta y como me parece que cada uno merece un tratamiento detallado, haremos recortes para dosificar la información

Desde mi experiencia de aprendizaje, siempre me resultó mejor degustar de a pequeñas porciones, a darme atracones... Colabora en mi "digestión", me da tiempo de procesar, de confrontar la nueva información con mi realidad, de formularme nuevas preguntas, de incorporar y de hacer modificaciones precisas, evitando alterar los ritmos de manera brusca y desorganizada.

Además, es una ejercitación que creo que como adultos que acompañamos nenes, tenemos que permitirnos y hasta a veces, exigirnos... Pasos pequeños. Una cosa a la vez. Sin sobreestimulación. Volver a la calma, cortar con el vértigo, con el bombardeo de novedades.

Entonces en esta entrada reflexionaremos sobre el rol del adulto que propone Emmi y durante los próximos miércoles, profundizaremos en las condiciones que podemos brindar para acompañar criteriosamente, la evolución del desarrollo motor del bebé… ¿les parece? :)

A lo nuestro, entonces…

[-- Recomiendo retomar desde la entrada anterior… ;) --]

---------------------------------
Vale una aclaración… Nos estamos refiriendo específicamente al desarrollo motor de bebés que no posean un impedimento neurológico o físico diagnosticado.
------------------------------

Luego de años de observación, seguimiento y registro del desarrollo motor de niños como pediatra particular, en 1946, a Emmi Pikler la nombraron directora de una casacuna de Budapest. Estaba ubicada en la calle Lóczy, por lo que se la conocía como "Instituto Lóczy".
Dicha posibilidad profesional fue la que terminó gestando y formalizando esta forma particular de acompañar a los bebés.

En "Moverse en Libertad" hay un apartado en el que se describe el "comportamiento" (lo llaman así) del adulto que proponen desde el Instituto Lóczy...  

-Evitan "enseñar" una postura o movimiento, respetando la iniciativa de cada bebé y el tiempo que se toma para evolucionar en su motricidad. 

-Fomentan la autonomía, evitando que necesite ser ayudado o dirigido por alguien.

Por lo tanto, ubican al bebé (con mucha delicadeza y cuidado) tumbado sobre la espalda hasta que él logre por sí mismo adoptar otra posición. Con el correr de las semanas, naturalmente irá explorando, madurando y evolucionando sus movimientos y posturas y pasando por diferentes etapas, caminará.

Mientras: 
  -No se le hace repetir movimientos con el objetivo de que los asimile.
  -No se lo ubica en posiciones que no domina (a las que no llegó solo, que no puede armar y desarmar).
  -No se le ayuda a concluir un movimiento iniciado.
  -No se utilizan accesorios de sostén.
  -No se lo levanta, si en sus intentos, se cae. 
  -No se lo "tienta" ubicando objetos para que los alcance, llamándolo u ofreciéndole el dedo para que logre la posición sentada.
  -No se prohíbe ni se impide ninguna tentativa espontánea. 

¿Todo "no"? ¡No! Emmi Pikler aclara, "no significa de ninguna manera indiferencia por nuestra parte". No, al contrario. Desde esta perspectiva, el adulto se posiciona confiando en el potencial del bebé, respetando sus intentos y sus tiempos. Y se alegra, se MARAVILLA... ¡celebra cuando logra dominar un nuevo movimiento!
Leer esto marcó un antes y un después, para mí... Me pareció una invitación fantástica. Nadie pone en duda que nuestras intervenciones como adultos, sean desde un amor inmenso. Creo que simplemente queremos "facilitarle" los procesos porque siemmmpre intentamos colaborar con las personas que amamos... pero en esta propuesta de corrimiento también estamos expresando amor inmenso: creemos en el bebé y consideramos que él TIENE que ser el protagonista de su propio aprendizaje.

Entonces, podemos convertirnos en protectores (y hasta obsesivos)… pero lo que vamos a proteger (y a conciencia), son las condiciones para que él se pueda desplegar... para que descubra y se descubra, para que siempre sea él, el que protagoniza y marca los tiempos de SU vida. 

Parece un juego de palabras, el párrafo anterior… Pruebo con un ejemplo… No lo tomaremos de las manos para provocar o "acelerar" sus primeros pasos... pero sí prestaremos debida atención al tipo de calzado que llevará en sus pies. 
Como adultos, tenemos una función muy importante, claro... El bebé nos necesita pero 'qué' necesita de nosotros y 'cómo' lo necesita, es donde radica la diferencia. 

¿Y cuáles son esas condiciones que podemos tener en cuenta? ¿Cómo podemos colaborar sin interferir? ¿A qué aspectos atendemos para que el bebé se despliegue en libertad?

Emmi Pikler nos invita a reflexionar sobre:

¡El próximo miércoles, INDUMENTARIA!

-----
Y antes de cerrar, quería compartirles una pequeña experiencia personal

Los que logramos ponernos de pie y caminar sin dificultades, perdemos noción que ese aprendizaje en algún momento nos requirió mucho esfuerzo, concentración, energía, ¿lo notaron? Es taaan cotidiano y fue hace taaanto que deja de asombrarnos. 

Sin embargo, cuando tenemos la posibilidad de observar este proceso con sus posturas intermedias, intentos, motivación, caídas, disfrute, naturalidad… es imposible no sentirse profundamente admirados. Reconozco que soy en particular muy sensible… pero si nos detenemos un momento a reflexionar sobre lo que está sucediendo, en la grandeza de ese aprendizaje... es emocionante, ¿no?...

Hace algunas semanas, una de mis alumnas bebé (10 meses) que hasta el momento no se ponía de pie sin "ayuda" (la buscaba en la mesa, la barra, algún bloque), me llamó en su idioma-bebé (nosotras nos entendemos)... Cuando giré, estaba parada en el medio de la sala. Alrededor, no tenía naaada que le hubiese servido de sostén. Ella me sonrió con orgullo, tenía expresión de "¡mirá-dónde-estoy, mirá-lo-que-logré!". Alegría genuina. ¡Fui testigo de un momento muy importante! La bebé no lo va a recordar… pero yo la vi ahí, estrenando esa postura, disfrutándola concentrada, compartiéndola conmigo... que en un segundo pude imaginarla… La vi ahí, parada con adrenalina, aguardando el recital de su banda preferida... ahí, parada y con las rodillas temblorosas, dándole el primer beso a un amor... ahí, parada nerviosa, esperando la nota de su último final... ahí, parada, hasta quizás, acunando a su propio bebé… Ahí, mismo... en la vida, de pie...

A los que pasaron por aquí… ¡Gracias!
¡Qué tengan una buena semana! ¡Hasta el miércoles!
(Y hasta cualquier momento por Facebook.)

___
Fuente: Emmi Pikler – Moverse en Libertad. Desarrollo de la Motricidad Global. Budapest. 1969.

4 comentarios :

  1. Hola B! Muchas gracias por toda la info! Siempre te sigo y realmente me sirve mucho para la educación de mi pequeña de casi 5 meses. Quería consultarte respecto de la libertad y autonomía del niño, específicamente mi duda es: ¿hasta dónde? Tal como vos y nuestra amiga Pikler nos comentan, suelo dejarla en el piso boca arriba y ella sola se da vuelta y se mueve de a poquito para alcanzar y manipular los objetos a su alrededor. Hasta que llega un momento cuando se empieza a inquietar o verse claramente molesta ya sea porque le quedaron los juguetes lejos, porque se quedó atascada con algo o simplemente porque ya se aburrió. Entonces, mi duda: hasta cuándo la dejo seguir "luchando" sola hasta salir de la situación que la molesta, o cuándo debo entrar en escena en su rescate?? Espero que puedas brindarme una orientación al respecto. Muchas gracias!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Hola! ¡Bienvenida/o! ¡Qué lindo leerte! :D
      Cierto lo que comentás... es así, a veces manifiestan "quejas" y el primer paso para resolver la situación es identificar su motivo...
      Cada bebé es único y vos, desde tu vínculo y observación, conocerás a tu pequeña, así que no existen recetas pero aquí te comparto algunos motivos que registré en casos que me tocó acompañar:

      -Una necesidad básica que no esté satisfecha. Eso, lógicamente, limita la apertura hacia el juego... Por ejemplo, hace algunos meses, una bebita de mi Sala, comenzaba a inquietarse en cuanto se hacía caca. Cambiábamos su pañal y volvía a su exploración con interés. Su molestia era muy puntual y si se resolvía, desaparecía.

      -Que se haya cansado... Es mucho el esfuerzo que realizan y la nueva información que incorporan... Si su incomodidad se debe a que lleva un rato explorando y se cansó, está bueno hacerle upa, verbalizar y celebrar sus logros y proponerle descansar, en brazos o acostada boca arriba, en otro sector (su colchón, por ejemplo) con "menor estimulación"... Ofrecerle alguna tela de seda, un muñeco mullido, nuestra mano, cantarle alguna canción, brindarle un momento de masajes... Serenidad luego de un día de arduo trabajo.

      -Que necesite saber que seguimos estando por ahí... Otra anécdota: una bebita que reptaba, se concentraba tanto en su actividad que se iba alejando y a veces quedaba a un metro de una pared... De golpe, levantaba la cabeza y no me veía (estaba mirando hacia la pared)... Entonces comenzaba a emitir sonidos con insistencia... En cuanto la nombraba preguntándole si necesitaba algo, ella giraba un poco la cabeza hacia donde venía mi voz y seguía jugando... Parecía que sólo quería constatar mi presencia... Nuestro acompañamiento verbal, es re importante.

      -Que la posición la incomode (suele pasar durante las primeras instancias de cada fase) y en este caso, como el proceso está concebido desde el disfrute, sí, como decís, la "rescatamos": upa, verbalizamos sus logros y luego la volvemos a poner en la posición inicial...
      Emmi Pikler precisa en "Moverse en Libertad" que en Lóczy cuando un bebé que estaba dando sus primeros pasos, tendía la mano, se le hacía upa. Esa era la forma de "rescate" en una situación similar.
      Seguramente pase una y otra vez y otra vez más... Hasta que lo van resolviendo.

      Por último, nunca está de más observar que los objetos que tiene a su disposición, le sigan llamando la atención... En su entorno tiene que haber algo que para ella sea "maravilloso", el deseo "nos mueve". ;)

      Ojalá alguno de los apartados sea de utilidad o mejor aún, que encuentres desde tu experiencia una nueva herramienta... :) ¡Contanos!
      ¡Gracias por pasar! Un beso,
      Belén

      Borrar
  2. Muchas gracias Belén! Súper útil! Voy a prestarle más atención a estas situaciones siempre que ocurra.. Besos!
    Sabri

    ResponderBorrar

¿Qué te pareció esta entrada? ¿Querés hacer algún comentario?
Será una alegría leerte... :D