Espacio y superficie para jugar

En las entradas anteriores nos ocupamos de la vestimenta y el calzado que les brindan a los bebés oportunidades de movimientos libres… pero esos bebés, se van a mover sobre una superficie y desplazar por un espacio que también requiere atención… Así que en esta ocasión abriremos el tema intentando brindar algunas herramientas prácticas. 

Y antes de adentrarnos, un comentario... En los casos en los que se respetaron las iniciativas de movimiento, Emmi Pikler descubrió que los bebés van pasando por diferentes fases y que esas fases siguen cierto orden. Lo que varía es la cantidad de días o semanas en los que cada bebé está en una etapa pero son siempre las mismas. En esta entrada no las voy a describir con detalle, sólo separaré en dos: bebés que todavía no se desplazan, bebés que se desplazan… ahora mismo, no nos interesa mucho el cómo (si se desplazan reptando, gateando o caminando). 

Comenzamos…

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Vale una aclaración… Nos estamos refiriendo específicamente al desarrollo motor de bebés que no posean un impedimento neurológico o físico diagnosticado.

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Llamaremos SUPERFICIE a la zona donde se apoyará el bebé, a su "piso" y ESPACIO, al entorno, a la zona por donde se desplazará. 

La superficie segura por excelencia es… ¡EL PISO! Tiene una cualidad que nos brinda tranquilidad: por más que el bebé se mueva para todos lados, no corre riesgos de caerse. Ya cuando desde la posición inicial (acostado boca arriba) comienza a girar para sus costados, es conveniente ubicarlo allí.

Si al principio, acostarlos directamente sobre el piso nos da "impresión" o nos parece que su temperatura es muy fría, podemos poner una frazada pesada. La sábana, por ejemplo, si no la mantenemos tirante y fija no es una buena opción porque va a acompañar los movimientos del bebé y se le terminará enredando en el cuerpo convirtiéndose en un obstáculo.

Personalmente, si el piso no está recubierto en goma o no es de madera (material que encuentro muy noble), prefiero placas de goma eva gruesas… En el mercado hay algunas que se encastran entre sí y podemos poner y sacar con facilidad… Esta, por ejemplo, es la que usa mi amada sobrina Julia: 

La superficie tiene que ser firme, no se tiene que hundir bajo su peso, de este modo le evitamos al bebé esfuerzos extras innecesarios. Así que el colchón de una cama o una colchoneta, tampoco son superficies adecuadas. 

Dato extra: las superficies de colores lisos le permiten al bebé visualizar con mayor facilidad los objetos que tiene a su alcance. Cuando hay demasiados colores o estampados, los juguetes se camuflan y se hace más complicado encontrarlos y diferenciarlos. 

Con respecto al espacio, para evitarnos situaciones de intervención es conveniente que el bebé tenga un sitio dentro de su casa libre de peligros. Un lugarcito, adaptado a sus necesidades: minimizando los riesgos, minimizamos las intervenciones… porque los adultos piklerianos no intervenimos, SALVO que el bebé esté expuesto a un peligro real, obviamente. Nombraremos a este sitio "zona segura".

Será libre de puntas de mesas o sillas, de objetos pequeños que se puedan llevar a la boca, de medicamentos, de enchufes… Un lugar en el que todo lo que esté a su alcance, si lo toca o lo manipula, no le haga ningún daño… Justamente que en ese sector tenga la posibilidad de tocar y manipular todo, cuando quiera y como quiera. 

Si los bebés no se desplazan todavía, un sector de 1,20 x 1,20 m, es suficiente. A medida que comienzan a desplazarse, lo extenderemos y de ser necesario, pondremos una barrera que le limite la zona, puede ser una puertita baja de madera con barrotes (cuando descubren los barrotes, comienzan a usarlos como suplemento para ponerse de pie). Una idea parecida a "de acá para allá, el bebé se mueve con libertad", "de acá para acá, lo trasladamos a upa".  

Recordemos que el Instituto Lóczy, donde Emmi Pikler desarrolló su investigación, era un hogar. Los niños pasaban ahí las 24 horas de sus días… Los controles médicos, el sueño, la vigilia, el cambiado, el momento del baño, era ahí mismo, por lo que el edificio estaba adaptado y todos los adultos en contacto con los bebés, manejaban los mismos criterios… pero si nuestra realidad es diferente, tendremos que acomodarnos. 

A veces es difícil que el bebé pase todo su tiempo de vigilia dentro de la zona segura… Iremos a la casa de alguien, nos manejaremos en transporte público, usaremos un carro… situaciones en las que el bebé no puede explorar sus posibilidades corporales en ese "ideal"… Tendremos que comprometernos, entonces, a buscar (diariamente) momentos de movimiento libre dentro de la zona segura para que más allá de las imposibilidades de rutinas y agendas de estos tiempos, podamos brindarles oportunidades de exploración motriz. Que logren estar en la zona segura el mayor tiempo posible pero bueno, de acuerdo a la realidad familiar.

Dato extra: El espejo irrompible es una graaan inversión en toda esta etapa. Verse en el espejo repetidamente, logrará que más adelante se reconozca. Además, disfrutan de encontrarnos a los otros allí. Les divierte moverse y mirarse, hacer un sonido y observar su boca. ¡El espejo es lo más! 
Y otra buena adquisición, es una barra de madera, amurada y a su alcance (claro), a 40 cm del piso, por ejemplo. Pueden ser los barrales que se venden para cortinas porque tienen el diámetro perfecto de su mano. Cuando comiencen a pararse, se podrán tomar de ahí… Suelen subir y bajar con ayuda de la barra, ejercitando el equilibrio y buscando seguridad en sus movimientos. Parecen bailarines clásicos. ¡Es hermoso verlos! 

¡Listo! ¡Ojalá esta información sea de utilidad!

La próxima entrada será sobre juguetes para bebés (primera parte, segunda parte), la última condición que nos propone Emmi Pikler para asegurar posibilidades de movimientos libres. Y me hace mucha ilusión porque en las fotos ilustrativas, estará Julia… Estamos trabajando en equipo. :D 

¡Gracias por pasar por aquí! ¡Gracias por leer! 

¡Hasta pronto! ¡Hasta luego en Facebook!

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Fuente: Emmi Pikler – Moverse en Libertad. Desarrollo de la Motricidad Global. Budapest. 1969.